La manera en que los metales llegan a los alimentos puede seguir varias rutas, bien por contaminación ambiental directa o a través de prácticas agrícolas.
Por ejemplo, el ALUMINIO puede tener efectos sobre el sistema reproductivo y nervioso.
"Por su presencia en el medio ambiente, o por la acción de las personas, la exposición a los metales pesados a través de los alimentos es muy difícil de evitar.
Arsénico, cadmio, mercurio o plomo muestran formas de toxicidad específicas cuyos efectos dependen en gran medida de su concentración.
Las investigaciones al respecto han demostrado hasta el momento que la exposición crónica a estos compuestos, incluso a dosis bajas, puede suponer un riesgo para la salud de las personas.
Sus particularidades, sobre todo de bioacumulación y persistencia, y su modo de actuación, ampliamente distribuidos por todo el planeta, hacen que, cuando se incorporan a los tejidos de plantas y animales, inicien el camino por la cadena trófica y, por tanto, entren a formar parte de los alimentos.
Especialmente susceptibles son determinados grupos, como pescados y crustáceos, que acumulan arsénico y mercurio, o los cereales, que almacenan cadmio."
(FUENTE:www.paginadigital.com.ar)
INFORMACIÓN COMPLETA EN:
http://www.alimentacion.org.ar/index.php/alimentos/91-otros-/2339-metales-en-alimentos-a-revision-los-posibles-efectos-del-aluminio-el-bario-y-el-manganeso
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario