En el año 1979, el climatólogo ruso Budyko propuso que ante la posibilidad de un aumento disparatado de temperaturas a nivel global se podría aumentar la reflexión de la atmósfera “inyectándo” partículas de anhídrido sulfúrico en la estratosfera.
A la mayoría podría sonarle a chino en aquellos tiempos, sobre todo teniendo en cuenta que los científicos no se ponían de acuerdo en si lo que se avecinaba era una nueva edad de hielo o un calentamiento global.
Lo grave es que la feliz idea del señor Bydyko se ha retomado y se planifica la manera en que tal proyecto podría llevarse a la práctica y "se ha sugerido que si los aviones emplean gasolina con mayor contenido de azufre, es decir de menos calidad, los vuelos comerciales harían el trabajo sucio".
Calculan los expertos que "inyectar cerca de 10 millones de toneladas de anhídrido sulfúrico, contrarresta el efecto de los 8.000 millones de toneladas de anhídrido carbónico".
Además tiene otras ventajas puesto que "el costo monetario de aumentar el anhídrido sulfúrico en la estratosfera no es prohibitivamente alto".
Claro que también presenta algunos inconvenientes:
-disminución de la capa de ozono
-aumento del cáncer de piel
-aumento de la lluvia ácida
-etc.
Se supone que desde 1979 todo esto es sólo un "proyecto", por lo que todo parecido con la denuncia de los dichosos chemtrails es ¿pura coincidencia?
Información extraída de:
http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/jose-fernando-isaza/columna88492-cambio-climatico-geoingenieria
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