El maíz, la soja o sus derivados industriales están presentes en más del 60 por ciento de los alimentos transformados, desde el chocolate hasta las patatas fritas, pasando por la margarina y los platos preparados.
Un alto porcentaje del maíz y de la soja que llegan a España provienen de países que cultivan transgénicos a gran escala, como Argentina o Estados Unidos.
En España todavía entran del orden de 6 millones de toneladas anuales de materias primas transgénicas. Además, se cultivan unas 80.000 hectáreas de maíz transgénico (es el único país de los 27 de la UE cuyo Gobierno ha venido tolerando desde 1998 su cultivo a escala comercial).
Algunos ejemplos de ingredientes y aditivos derivados del maíz y de la soja, y por tanto “sospechosos” de tener un origen transgénico, son:
• Soja: harina, proteína, aceites y grasas (a menudo se
“esconden” detrás de la denominación aceites/grasas
vegetales), emulgentes (lecitina–E322), mono y diglicéridos de
ácidos grasos (E471), ácidos grasos.
• Maíz: harina, almidón*, aceite, sémola, glucosa, jarabe de
glucosa, fructosa, dextrosa, maltodextrina, isomaltosa, sorbitol
(E420), caramelo (E150), grits.
Además, los OMG entran masivamente en la cadena alimentaria a través de los piensos utilizados para alimentar animales. Si bien la ley obliga a etiquetar los piensos transgénicos, no sabemos si la leche, la carne o los huevos que consumimos provienen de animales alimentados con piensos transgénicos porque la legislación no obliga a etiquetar el producto final.
¡Sin embargo, los riesgos para el medio ambiente y para la salud global del planeta son los mismos!
Si esto sigue así, los transgénicos continuarán invadiendo nuestros campos y harán de la agricultura una práctica aún más insostenible.
Debemos exigir a las empresas que digan NO a los productos derivados de animales alimentados con estas peligrosas cosechas.
INFORMACIÓN ORIGINAL:
Guía roja y verde de alimentos transgénicos
Abril 2010
viernes, 10 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)